MÁS ALLÁ DEL CANALLA LEGALISTA.

Multa al canto  *
MÁS ALLÁ DEL CANALLA LEGALISTA.

Los fines de semana con el fin de desahogar la Avenida López Mateos de la Zona Metropolitana de Guadalajara, ésta es transformada de tal manera, para que los autos fluyan con mayor rapidez, por ello se le ha denominado viaducto. Por otra parte, en dichos días, la autoridad ha colocado aparatos en lugares estratégicos y escondidos para atrapar a quién viole la ley. Así las cosas a algunos ciudadanos les han llegado a sus domicilios diversas fotoinfacciones. El sentir inmediato es de malestar pues fueron sorprendidos. ¿Cayeron en una trampa? ¿Ante el incentivo de fluidez que ocasiona el viaducto, aceleraron de más? ¿Es una política mañosa para capturar a infractores? ¿Es lícita? ¿Es ética? Entre las varias opciones que tienen hay dos por lo menos: 1) impugnarlas ante la autoridad jurisdiccional competente, pues las mismas generalmente adolecen de varios vicios, o 2) acudir a pagar las mismas pues saben que infringieron la ley, aunque no lo hagan de buena gana. 

 De lo anterior se desprenden actitudes que siguen persistiendo y que tenemos que trabajar más para evitarlas y que mejore el País. Ir a lo esencial. Respetar los derechos humanos con honestidad y ética. No dudo que la autoridad tendrá argumentos para decir que actúa apegado a derecho y que pretende hacer cumplir la ley y el ciudadano también tendrá otros más, para cuestionar dicho acto administrativo por carecer de algunos elementos de legalidad, pero en el fondo ambos saben que algo no es correcto. Las autoridades deben demostrar con hechos que realmente tratarán con dignidad a las personas, ser transparentes en su actuar y a su vez las personas también deben cumplir la ley porque aprecian que las normas promueven la mejor forma de convivencia. La semana pasada en un evento tuve la oportunidad de escuchar al Ministro Arturo Zaldívar, a quien se le plantearon diversas problemáticas de índole jurídico y en más de una ocasión contestó que el problema no se resolvía ni con más leyes, ni con más resoluciones judiciales, sino con un cambio de paradigma que permee en la sociedad y en los profesionistas, un auténtico respeto a los derechos humanos e incluso me permito agregar un fortalecimiento de valores éticos y cívicos. De no hacerlo así, seguiremos topándonos con una vida de cínicos que ya son muy visibles en los medios, que un día son evidenciados y al otro salen victoriosos. Una pasarela de desfachatez y desvergüenza. Donde siempre existen recursos argumentativos legales para encontrar vacíos o agujeros para escaparse de lo fundamental. El riesgo es enfrentarnos con lo que André Comte llama “el espectro del canalla legalista” o en su caso con una democracia representativa del pueblo canalla que todo lo acomoda a su antojo y a sus propios intereses. ¿Podremos dar el siguiente paso? ¿Estamos listos para avanzar?
*Foto tomada vía Flickr. De Raúl Hernández González. Multa alCanto.

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