Jalisco y las Ciudades Restaurativas. La Justicia Restaurativa aplicada a las ciudades

 

De acuerdo a varias encuestas, una de las principales preocupaciones de los ciudadanos de la Zona Metropolitana de Guadalajara  es  la inseguridad. Independientemente de que  estamos en periodo electoral y que los resultados en dicha materia se pueden prestar para golpeteo político por un lado o para dar  excusas por el otro (¡No es mi competencia!), lo cierto es que es alarmante que veamos cómo se quema nuestra casa e incluso hay más agresiones contra personas dedicadas a la política o que son importantes para nuestra frágil democracia como son los periodistas y defensores de derechos humanos.  La nota roja se ha vuelto cotidiana y pareciera que a algunos deja de sorprenderlos ¿Es un mecanismo de defensa? No son sólo números, detrás de las cifras  hay personas, hombres, mujeres, niños, niñas, jóvenes que mueren, desaparecen  o son víctimas de delitos. ¿Nos beneficia seguir aceptando esta trágica normalidad? Por otra parte, es lamentable que  existan personas que cometan ofensas y sigan haciéndolo, pero más aún  que cometan actos abominables y dantescos con extrema violencia. ¿El uso de más  fuerza contra el crimen está funcionando? ¿Mayores penas, más castigo, inundar nuestras cárceles de personas? ¿Por qué la violencia se está asentando en el ámbito de las familias y las escuelas con mayor frecuencia?

 

          El Índice de Paz del Instituto para la Economía y la Paz 2020 menciona que la violencia  se ha concentrado cada vez más en las rutas clave del tráfico de drogas y el año pasado se concentró  más de la mitad de todos los homicidios en 6 Estados, entre ellos Jalisco. 

Al igual, empeoró Jalisco en el Índice del Estado de Derecho en México 2020-2021 del World Justice Project, siendo las posiciones más bajas las del "orden y seguridad" y "ausencia de corrupción" y "ausencia de corrupción" Varios articulistas  debatieron en días recientes si Jalisco es ya un Estado fallido o no.     Ante lo anterior, brota la cita que se atribuye a diversos autores que dice “locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando tener resultados diferentes.” Necesitamos analizar qué sí está funcionando y qué no.  Aceptar que  la sociedad está  herida y requiere sanar.

 

          De ahí que además de trabajar por la paz positiva, es importante valorar la incorporación de conceptos y estrategias como el de ciudades restaurativas. No es fácil porque tenemos que escapar de la tendencia punitiva y toda su lógica. La Justicia Restaurativa es un enfoque diferente al promover la participación segura de las víctimas en la resolución de la situación-empodera, reconoce, legítima- y ofrece a los ofensores la oportunidad para que asuman su responsabilidad por los daños- que comprendan y empaticen de ser posible- y así reconozcan que perjudican a personas y a la comunidad. Son  prácticas diversas que empiezan a implementarse  poquito a poquito, pero que urge acelerar. No son  necesariamente sustitutos o reemplazos de lo que ya se hace, ni  necesariamente una alternativa al encarcelamiento o a la retribución, pero sus procesos incluyentes, de colaboración y de diálogo  ayudan a enmendar los daños causados. Mostrar respeto a todas las partes y a su dignidad. El cómo se atiende las problemáticas es lo que hace la diferencia. Como sociedad ¿Cómo queremos responder ante los delitos? Nos preguntaría Howard Zehr experto en esta materia.

 

  La ciudad de Hull de Reino Unido ha adoptado políticas para que sean conocidas y ejercidas las prácticas restaurativas con mayor extensión y ahora es la primera ciudad restaurativa.  Los beneficios que se están logrando son relevantes.  ¿Qué tipo de ciudades queremos? Es tiempo de que empecemos a escapar de la espiral de la violencia y aplicar una justicia que nos permita  recuperar lo que José Antonio Marina  denomina el “sentimiento de la humanidad compartida”

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