El libro consta de tres partes
I. Artistry ( La habilidad Artística). II. La práctica reflexiva y III El proceso Interactivo.
En la primera parte nos menciona que no todos los profesionales son artsitas. Un artista requiere de más. Son varias de las cualidades que un mediador
Para ello nos muestra las etapas de desarrollo profesional: Novicios, aprendices, practicantes y artistas.
Las señales que distinguen a un artista son:
a) Atención al detalle: responder al momento.
b) Curiosidad: Abierto a nuevas perspectivas.
c) Exploración y descubrimiento. No se sujeta a los límites de sus suposiciones.
d) Desarrolla y prueba sus formulaciones.
e) Interpretación: Resiliente y Flexible
f) Paciencia y Visión: Balance entre proceso y resultado.
Se puede aprender a ser artista a través de la integración de la práctica reflexiva y del proceso interactivo.
Me llamó la atención el rol de un coach para lograr dicho fin.
En la parte II se dedica a abordar la práctica reflexiva, cuestión que poco aplicamos en cualquier profesión.
Menciona que un mediador establece una formulación, muy parecido a una hipótesis pero ésta o es verdadera o falsa y la formulación está más abierta, es más flexible. Se puede o debe realizar en la acción, durante la sesión de la mediación como sobre la acción, es decir después de ella.
Nos da varias preguntas y guías para reflexionar y los ejemplos son ilustrativos ya que en la formulación llevamos una idea sobre las personas como disputantes, sobre el problema o disputa y sobre el método de mediación.
También me resultó atractiva la propuesta del mapa de nuestra constelación de teorías. Tenemos como mediadores varias cuestiones que hemos asumido y hemos aprendido. Hay que hacer un mapa de ello y hay niveles que van desde los hechos e información, los modelos en que abordamos el conflicto, las teorías y nuestros valores o creencias.
La parte III es el proceso interactivo, donde estamos realizando nuestra labor y en ello juegan algunos elementos tales como las relaciones, poder, comunicación, rango de interacción, transparencia, respeto, balance y neutralidad, clima y modelaje tanto en nosotros como en los mediados.
De tal forma que surgen "momentos críticos" los que hay que detectar y con la experiencia podemos aprovechar para aplicar nuestras herramientas para ir ayudando a las personas en la resolución o transformación de conflictos. Esta parte es esencial y es un arte, ya que debe saber detectar los mismos , analizar rapidamente las respuestas que se pueden aplicar y ponerlas en acción. Donde pueden ayudar al mediador a confirmar, cambiar o experimentar su práctica.
He leído varios libros de mediación y éste aporta elementos diversos muy interesantes que sobre todo cuando ya has dedicado tiempo a la mediación te resultan interesantes ya que te identificas con las dificultades que conlleva la práctica y cómo en efecto la práctica requiere arte, pero para ser un artista se necesita la reflexión y éste libro aporta cuestionamientos que uno debe realizarse como un marco para conocernos mejor y elevarnos hasta ser unos artistas de la mediación.
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