* Imagen "Crimimalística" de Pableins B.
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Recuerdo que en cuando estudiaba Derecho en 1996 aún nos sorprendía las notas rojas cuando te enterabas de algún crimen.
Ahora es cotidiano encontrarse en redes sociales, en internet, y en cualquier medio de comunicación notas que revelan la violencia que vivimos en el País.
Recuerdo que hace poco mientras conducía el auto con mi hijo menor de edad y escuchábamos la radio se interrumpió la música para informar que habían localizado a unas personas en un estado poco agradable. ¡Qué sorpresa tener que estar atento a cambiar la estación antes de que un menor escuche notas tan violentas"! ¿Quién se imaginaría que la violencia se normalizará con tanta velocidad?
De Enero a Marzo de este año (2019) se han cometido 8,493 homicidios dolosos en todo México de acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública Entre los 8 Estados que concentran la mitad de homicidios se encuentra Jalisco.
Mientras leo el libro "El Manual del investigador científico" de Massimo Picozzi, me pregunto, ¿Tendremos los recursos humanos y materiales para poder investigar dicha cantidad de crímenes? ¿Tenemos el suficiente personal y además especializado para ello? ¿Cómo abordar dicho reto sin precedentes?
Lo más ruin de toda esta calamidad es que mientras transcurre el tiempo, morirá más gente sin duda y la impunidad seguirá presente, pues parece que es imposible parar el tsunami de asesinatos y violencia que está impactando a la sociedad. El Estado en sus tres niveles no ha podido afrontarlo como debería y en ocasiones pareciera que no sabe cómo pararlo, por ello se hacen recomendaciones preventivas y se pide que la participación ciudadana se involucre y asuma riesgos, no obstante algunas sugerencia revelan implícitamente que en ciertos espacios quién o quiénes mandan son integrantes del crimen organizado, una parte de la propia ciudadanía que vive de los delitos.
En tanto algunos legisladores continúan repensando sólo en aspectos normativos, la nota roja y la violencia se ha normalizado, nos ha rebasado, está presente en nuestras comunidades, en nuetsro entorno. Hoy más que nunca se tienen que innovar estratégicamente un plan contra los criminales, una política pública de acuerdo a las condiciones actuales y cambiantes.
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