No sólo es tomar la voz en las juntas

 

Usualmente en las juntas o reuniones es bien visto que se participe. No podemos negar que nuestra cultura aplaude al extrovertido. 

¿Hay que participar por el simple hecho de que es lo que se espera? ¿Cómo participar mejor?

He visto que usualmente cuando se convoca a la misma es común que exista un orden del día. No siempre uno tiene la fortuna de ello, pero muchas veces intuimos de qué tratará la misma. Ahí surje una oportunidad para prepararnos. Un trabajo de investigar para llegar con algo significativo que aportar.

La realidad es que pocos hacen esa labor. La mayoría asiste para ver qué va a pasar, qué va a suceder. Otros levantan la mano y comentan en base a lo que otros ya han dicho o dicen ocurrencias conforme va sucediendo los hechos. Ello genera evidentemente un desperdicio de tiempo. 

Una persona, en una ocasión, con mucha seguridad  expresó su opinión, sin embargo no se daba cuenta de la presencia de quienes estaban escuchando y que la otra persona seguramente se sentiría identificada con el mensaje, no obstante que no iba dirigida a ella.  Aunque lo que decía era correcto, para algunas personas podía ser interpretada como una indirecta incomoda. Por ello también hay que considerar a quiénes les hablamos, ser claros, precisos, exactos. 

En fin hay muchas otras estrategias que podrían usarse, lo importante es que seamos conscientes que que las labores que podrían ser comunes o cotidianas, las podemos convertir en resultados extraordinarios si ponemos un poco más de nuestra parte. 


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